Mi opción por la Técnica Histológica y el Citodiagnóstico, hoy Morfofisiopatología y Citodiagnóstico, surge en el primer año de la carrera debido a la profunda admiración que sentía por ese quehacer tranquilo y analítico de la observación al microscopio que apreciaba en mi otrora maestro de histología. Posteriormente, mi interés se consolidó al darme cuenta de que esta disciplina se relacionaba estrechamente con la enfermedad y con la obtención de evidencia relevante para el médico clínico a partir de realización de examenes acuciosos en muestras de células y tejidos que generalmente se hallaban aquejados por alguna patología.
Mi interés se fue potenciando a medida que me daba cuenta de que mi conocimiento y habilidad técnica se convertían en un recurso indispensable para el quehacer de la medicina clínica y el bienestar de los pacientes que consultaban por respuestas a sus dolencias orgánicas. Hoy en día, los recursos disponibles para el desarrollo de mi quehacer se extienden más allá de los síntomas, pudiendo contar con herramientas sofísticadas para la práctica de la “Morfología Molecular”.
Mi interés se fue potenciando a medida que me daba cuenta de que mi conocimiento y habilidad técnica se convertían en un recurso indispensable para el quehacer de la medicina clínica y el bienestar de los pacientes que consultaban por respuestas a sus dolencias orgánicas. Hoy en día, los recursos disponibles para el desarrollo de mi quehacer se extienden más allá de los síntomas, pudiendo contar con herramientas sofísticadas para la práctica de la “Morfología Molecular”.
Marco Loyola B.
Tecnólogo Médico mención Morfofisiopatología y Citodiagnóstico
Universidad de Chile
